#ElPerúQueQueremos

¿Hemos cambiado algo?

El precio tan alto que ha pagado la generación Bicentenario

Publicado: 2020-11-20

A mí lo que más me preocupa, es la rapidez con la que en nuestro país pasamos la página.

No me termina de quedar claro si es ganas de seguir adelante, o un empeño irracional de querer creer que las cosas estarán mejor, siempre y cuando nos lo propongamos a toda costa; una especie de “ley de la atracción” a nivel nacional, aunque no me queda claro por qué. 

Mis compatriotas todavía creen que esfuerzo es progreso, y el que estudia sale adelante, aunque a ojos vista queda muy claro que los contactos lo son todo y si tienes un tío en un buen puesto o bien conectado, será él quien te consiga trabajo y no tu título de Harvard.

La gente también cree que si protesta en contra de un golpe de Estado lo pueden arreglar, pese a que el remplazo del golpista sea uno más de la misma entidad que debería de ser cambiada o cerrada.

Dos jóvenes murieron y mis compatriotas los llaman héroes. Yo lloro porque han muerto y no sé se valga la pena ese sacrificio tan grande, porque la pregunta es: ¿cuánto va a durar? La gente está positiva, siente que las marchas con ese costo tan terriblemente alto han sido una victoria ante la dictadura.

Pero ¿por qué? Las instituciones siguen portándose como siempre, y evidentemente en pro del status quo; no diré nada sobre el Tribunal Constitucional, pero no hay nada mejor para sustentar este punto.

Lo que creo es que el Perú es un país inocente.

Queremos creer en contra de todos los pronósticos.

Me sorprende tremendamente que ahora todos citen a Vallejos, y que se hayan emocionado porque el nuevo presidente lagrimeó en su discurso, mientras en esos cinco días, menos de una semana, ese grupo que tomó el poder ha hecho de las suyas al máximo. Han promulgado leyes, han firmado convenios, etc., etc., etc., y no lo digo yo, lean noticias y lo verán.

Esos que tomaron el poder siguen en el Congreso; fueron 105 votos a favor de la vacancia, es el 81% de un Congreso que sigue ahí.

Y ese presidente que estuvo cinco días, el único castigo que ha recibido es tener una pensión vitalicia. Quisiera ver que verdaderamente le abran un proceso judicial, sin embargo ¿haría una diferencia? ¿o sería como el resto de procesos abiertos a los otros exmandatarios?

La generación del Bicentenario, es tan o más inocente que todos, porque han pagado con sangre y con el futuro de dos de los suyos este cambio que buscaban.

Somos un país lleno de personas que quieren creer, con una generación maravillosa llena de ilusión, pero nos caería bien a todos un poquito de cinismo, un poquito de protesta acompañada de duda crítica.

Nos caería aun mejor, que cuando las nuevas generaciones lleguen al poder, no sigan en más de lo mismo. Lo he visto de cerca, una vez en el poder las reglas no aplican a ellos porque el poder en el Perú viene acompañado de impunidad. No es un servicio estar en el Estado, es una ganancia.

Nos debemos preguntar ¿por qué? para poder cambiar algo.


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